Consiste en cerrar fuertemente la mano cuando se estimula la palma del bebé al presionarla con algún objeto. Desaparece a los 6 meses.
Habrás notado que si tocas o acaricias la palma de su manita, el bebé la cierra apretando tu dedo con una fuerza extraordinaria. Gracias a esta reacción, que también recibe el nombre de reflejo darwiniano, el recién nacido es capaz de mantenerse por un instante suspendido en el aire, tan solo sujeto por tus dedos pulgares (pero no se te ocurra hacerlo, porque seguro que se caerá)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario